29Ago
El ahorro como camino para obtener un préstamo
Al planificar un proyecto, cuántas veces te has preguntado: ¿cuánto debo ahorrar de mi sueldo para lograrlo?
Si no prestamos atención a nuestras finanzas personales, se hace más difícil realizar planes a futuro. Seguí estos hábitos de buenas prácticas financieras que te ayudarán a ordenar tu economía, prever un ahorro, y cumplir tus metas con lo generado o a través de un préstamo que te permita completar la inversión.
¿Tenés una fórmula para ahorrar?
Existen muchas fórmulas, según distintos expertos, para generar un ahorro poniendo las finanzas en orden.
Una de ellas, es la regla del 50-20-30. Consiste en designar el 50% de nuestros ingresos para todo tipo de gastos necesarios (alquiler, luz, agua, teléfono, comida, etc.), el 20% al ahorro para inversión, y el 30% restante para el entretenimiento y gustos no tan esenciales, pero necesarios para el bienestar y felicidad.
El desafío está en detectar qué es necesario y qué es por diversión o gusto.
Otros expertos sugieren el sistema de los 6 frascos. Se basa en repartir simbólicamente el dinero en 6 frascos, y aunque puede ser más ambicioso, siempre se puede comenzar con pequeños objetivos y plazos para ir planificando cada vez mejor nuestro futuro financiero.
Según este modelo, en un frasco deberíamos destinar el 55% de nuestros ingresos para cubrir nuestras necesidades básicas; en otro un 5% para gastarlo en caridad o donaciones; en otro un 10% destinado al placer/entretenimiento; en el cuarto frasco deberíamos guardar un 10% para la educación o formación; un quinto frasco con el 10% de nuestros ingresos para el ahorro (el tipo de ahorro para poder gastar a futuro o cubrir un préstamo para varios fines, por ejemplo, fondo de emergencia, vacaciones, cambio de auto, etc.). Y en el último frasco deberíamos guardar un 10% para la libertad financiera, esto es, el dinero invertido que nos va a generar más dinero sin necesidad de trabajar.
Encontrarás otras fórmulas, pero lo importante es el ejercicio de poner en orden nuestras finanzas y establecer en qué lo estamos destinando y en qué deberíamos hacerlo.
Por otro lado, casi todos los métodos coinciden en que es esencial destinar entre un 5 a un 10% de los ingresos para el AHORRO. Ya sea para saldar deudas, así como para generar la base para futuros y mayores planes que requieran de un préstamo a medida.
En todos los casos también hay un % para destinar a la diversión, al ocio y al entretenimiento. Es importante tenerlo presente para que nuestra vida financiera no se reduzca únicamente al trabajo, a pagar gastos necesarios, y a ahorrar. Solo hay que asegurarse de ser realista en base a nuestros números.
¿Qué NO hacer para tener las finanzas bajo control?
Siempre es buena práctica financiera reparar en esos gastos mínimos cotidianos, que olvidamos contabilizar. ¿Has hecho alguna vez un resumen de malos o no tan necesarios hábitos? Por ejemplo, alguno de ellos son:
- No hacer listas de compras semanales o mensuales.
- Ir a comprar con hambre.
- No manejar bien los tiempos y desayunar con frecuencia afuera.
- Comprar cosas innecesarias porque están en oferta.
- No revisar tus planes de servicios, tarifas y suscripciones que ya no utilizás.
- No marcarse objetivos claros al corto, mediano y largo plazo.
- Utilizar la tarjeta de crédito para saldar deudas, pagando intereses y generando más deudas.
Siempre CALCULÁ antes de SOLICITAR
Una vez que tenés los números claros y las finanzas más ordenadas, estarás en mejores condiciones de preguntarte si es conveniente pedir un préstamo. Pero antes también deberías hacerte algunas preguntas:
¿Tus gastos globales no superan tus ingresos? ¿Estás al día con deudas anteriores o por terminar de saldarlas en el corto plazo como para poder proyectar? ¿Tenés un mínimo margen de ahorro o fondo de emergencia para imprevistos? ¿Tenés claro en cuánto tiempo lo vas a pagar? ¿Cuánto podrás pagar cada mes sin tener necesidad de generar otras deudas, como pagos atrasados de servicios básicos?
Antes de solicitar un préstamo, ¡calculalo!. Utilizá las calculadoras como la que tenemos a disposición en TPI o cualquier otra herramienta que te permita cotizar el préstamo. Y no caigas en publicidades engañosas que te ofrecen préstamos rápidos o al instante, que suelen tener intereses mucho más elevados.
Por último, tené cuidado con los préstamos a largo plazo. Es imposible hacer predicciones, ya sea de situaciones económicas globales, de tu país, así como saber con certeza si contaremos con los mismos ingresos fijos a futuro. Preguntate si en caso de que todo esto falle, tenés un respaldo para terminar de saldar esa deuda.
A la hora de solicitar un préstamo consultá qué préstamo te conviene más.
Te invitamos a seguir más consejos sobre buenas prácticas financieras.