Planificar y organizar nuestros gastos parece una receta sencilla pero, en el día a día, olvidamos hacerlo con el fin de ajustar y regular nuestras finanzas.
¿Llevás un registro de tus gastos ocasionales?
Muchos de nosotros vamos adaptando nuestras finanzas en función de lo que nos va pasando. Casi siempre planificamos en la marcha, aún conociendo exactamente cuánto es nuestro presupuesto mensual o anual (especialmente si contamos con ingresos fijos).
Una buena forma de comenzar a ajustar el registro de nuestros egresos es tener control de esos pequeños gastos diarios casi imperceptibles, pero que se repiten mes a mes. Son ese tipo de gastos que no percibimos como permanentes (como la luz, el celular, el agua), y que al final afectan a nuestro presupuesto mensual.
Por ejemplo: ¿Cuántas veces pagaste un sobre costo alto del celular que se reitera durante varios meses? ¿No has pensado si sería más conveniente renovar a un plan que a fin de año resulte menos costoso?
Tener objetivos claros
Tener claros nuestros objetivos es esencial. Cuando no tomamos verdadera conciencia de esto, puede ocurrir que al percibir más dinero, terminamos gastando más.
No se trata de consumir menos, sino hacerlo de forma inteligente.
Como estos gastos suelen ser muy pequeños en el día a día, lo primero que hay que hacer es identificarlos. Luego, armar una planilla, y junto al presupuesto mensual de gastos fijos, regularlos y controlarlos para saber cuánto peso tienen realmente en nuestro bolsillo.
Esto nos permitirá anticiparnos, optimizarlos y reajustarlos, y ver si verdaderamente los podemos integrar a nuestros planes/objetivos. Se trata de ser consciente de todo lo que gastamos. Los podemos controlar en una libretita, una hoja de cálculo básica, o un programa particular que domines. Lo que te quede más cómodo será la mejor herramienta.
Luego de registrar todos esos gastos hay que analizar esa información. Con seguridad encontrarás cosas que te sorprenderán, algo en lo que pensabas que gastabas mucho pero en realidad no era tan relevante, así como descubrir que eso que nos parecía muy poco en el día a día, en realidad es mucho.
Control y responsabilidad
Saber cuánto gastamos nos permite algo fundamental que es el poder proyectar cuánto vamos a gastar el próximo mes y así en proyectos de más largo plazo. Saber lo que queremos, qué necesitamos realmente para vivir, y los objetivos mensuales y al mediano plazo nos ayudará a organizarnos en nuestros gastos. También a la hora de solicitar un préstamo sabremos con certeza cuánto dinero disponemos para el pago de cuotas, y cuánto tiempo necesitaremos para saldar la deuda.
Cuando nos planteamos objetivos claros podemos planificar al corto o mediano plazo, desde unas vacaciones, un viaje, compras tecnológicas o de vestimenta a la compra de un vehículo, una propiedad, etc.
Tener buenas prácticas financieras no se trata de no gastar, sino de hacerlo con inteligencia y responsabilidad. En este artículo podés leer más sobre cómo evitar gastos innecesarios.
Tener un fondo de emergencia
Crear un fondo de emergencia, un colchón de dinero, siempre es una buena idea. Puede ser el equivalente a 3 o más meses de gastos, por si eventualmente necesitamos pagar el total o parte de algo importante.
Si sos de las personas que ahorran con un plan a futuro, ¿cuánto te falta para alcanzar ese objetivo? TPI te ayuda a cumplirlo antes, y tu capacidad de ahorro se convertirá en el plan de cuotas para pagar el préstamo.
Tarjetas de crédito
Así como debemos asumir un préstamo con un plan y responsabilidad, también en el uso de nuestras tarjetas de crédito debemos llevar una buena gestión. Cuando está alineado a nuestros ingresos, son un gran recurso si no disponemos de efectivo, o si debemos pagar en cuotas algo para que no sea tan pesado el gasto mensual.
Recordá siempre tener en cuenta los intereses e incluirlos en las planillas o registros de gastos pequeños mensuales, y llevar control de fechas de cierres y vencimientos.
Y, como siempre decimos, si no llegaras a poder pagar una cuota, siempre es preferible abonar una parte o renegociar la deuda con la empresa prestamista o emisor. No obstante, se acumulará en los meses siguientes, por lo que no es recomendable abusar de esto.
Sobre este tema pueden leer más en nuestro artículo sobre cómo utilizar las tarjetas y gestionar las finanzas en tiempos de crisis.
No se trata de cancelar sueños o grandes proyectos, lo que importa es tener control de nuestra situación financiera. Aprendamos a reconocer el momento en que nos podamos dar un gusto sin comprometer nuestras finanzas y sin sentir culpa.
Dedicale al menos una hora por semana a estos registros y tendrás un mejor control de tus finanzas personales y de esos gastos escurridizos mensuales.
En TPI te apoyamos y acompañamos en todos tus planes y te damos un asesoramiento personalizado a la medida de tus capacidades para llevar una buena práctica financiera que contemple tus planes e ingresos.
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