Recibís un mensaje o un audio de WhatsApp en el cual te piden que seas parte de un gran grupo a cambio de recibir mucho dinero. Y a veces, en nombre de una persona muy conocida de quien no desconfiarías.
Con seguridad se trate de una estafa llamada “Piramidal” o esquema “Ponzi”. En todos estos casos, las personas estafadoras afirman que pueden convertir una pequeña inversión en grandes beneficios en un período corto de tiempo. Sin embargo, el esquema sólo puede crecer o reproducirse si se incorporan continuamente nuevos participantes en el programa. Y termina por desmoronarse cuando resulta imposible reclutar nuevos partícipes.
En resumen, es un sistema en el cual una persona, bajo la promesa de un beneficio, logra que otras personas entren al mismo.
¿Escuchaste hablar de “mandalas de la abundancia”?
“Somos mujeres empoderándonos unas a otras”, anuncia una voz desde un mensaje de whatsApp.
“Telares”, “Círculo de la prosperidad”, “Flor de la abundancia” o “Mujeres Unidas”, son otros nombres de grupos, muchos de ellos exclusivamente de mujeres, por los que se los conoce. Suelen hacer encuentros por Zoom o Telegram, y en alguno de ellos, piden hasta 1.400 dólares para ingresar e invitar a dos personas más para que traigan la misma cantidad de dinero y se vaya armando la pirámide. A medida que entra gente dentro del sistema, las personas irán cobrando ese dinero que se promete.
Según una nota del diario El Observador, uno de estos grupos que operaba en La Paloma-Uruguay, funcionaba de la siguiente manera: cada grupo se inicia con ocho nuevos integrantes, llamados fuego, que deben aportar determinado monto de dinero y se suman a un grupo de WhatsApp. Ese fondo es cobrado por una sola mujer, que está en un nivel superior, en el centro, que se llama agua. Luego de pagar, cada nuevo integrante debe conseguir dos personas más para reproducir el sistema. Y si se consiguen nuevas personas, el sistema se multiplica y crece, y los que comenzaron como fuego suben de nivel, se convierten en agua, y reciben ocho veces más de lo que aportaron, sin firmas ni documentos.
Si bien pueden variar las cifras y los nombres por lo que se conocen, la estafa es la misma: te prometen que en un mes cobrarás ocho veces lo que “regalaste”. Y las integraciones pueden darse ya sea cara a cara en una ceremonia, por WhatsApp, o en reuniones a través de Zoom, por ejemplo.
Tienen una escala internacional, y en el país se han detectado en varios departamentos, como: Montevideo, Rocha, Salto, Colonia y Rivera. En el año 2015, por ejemplo, se comprobó que la compañía GetEasy había concretado una estafa piramidal en Portugal, España y Brasil, y llegó hasta Rivera-Uruguay. A partir de cinco denuncias en el país, una pareja riverense fue indagada, pero el juez archivó la causa.
Este tipo de estafa piramidal, también conocida como esquema Ponzi, fue creada en la década de 1920 por Carlo Ponzi, un inmigrante italiano radicado en Estados Unidos quien convenció a miles de personas para que invirtieran en un complejo plan con sellos de correos.
Y la razón de que sea una estafa, es porque en un momento la cadena de reproducción se corta, entonces por cada 1.000 personas que cobran, 8.000 no lo hacen.
¿Conocés a alguna víctima de estas estafas?
Sin distinción de contexto económico o género, la realidad es que le puede pasar a cualquier persona.
Y una de las mayores razones es que este tipo de sistemas apela a lo colectivo. Las personas estamos acostumbradas a movernos en grupo y en comunidad, y a sentirnos más protegidos de esta forma. Es normal ser vulnerables al sentirnos elegidos a formar parte de un gran grupo.
Los estafadores apelan a ese sentimiento y a la fe que podamos tener en esa nueva comunidad al invertir dinero en ésta.
Son muchas las personas que han sido y son víctimas de este tipo de esquemas, e incluso hay gente que suele recurrir a préstamos para poder ingresar con la inversión inicial.
¿Cómo protegernos?
El artículo 347 del Código Penal tipifica la estafa y establece que "el que con estratagemas o engaños artificiosos indujere en error a alguna persona, para procurarse a sí mismo o a un tercero, un provecho injusto, en daño de otro, será castigado con seis meses de prisión a cuatro años de penitenciaría”.
Pero, si este tipo de esquemas, es o no una estafa en términos penales, dependerá de la valoración de fiscales y jueces.
Si te proponen algún tipo de inversión nueva, no dudes en:
- Hacer muchas preguntas.
- Investigar a fondo antes de invertir.
- Conocer quién es la persona que lo está ofreciendo.
- Proteger nuestros datos en internet.
Quizás te resulte familiar haber recibido una llamada telefónica, un correo electrónico, a veces en nombre de alguna empresa que nos es familiar, solicitando datos personales a cambio de renovar un plan, de ofrecer un servicio que parece una gran oportunidad o una súper oferta.
La vulnerabilidad informática nos puede tomar desprevenidos de esta forma, o bien a través de las aplicaciones que usamos con frecuencia y en donde hemos brindado nuestros datos personales, como Facebook o WhatsApp, sin ir más lejos.
Tanto como usuarios del sistema financiero, de aplicaciones, como portadores de cuentas, tenemos que revisar periódicamente la seguridad. Estar en línea hoy en día y hacer uso de estas plataformas es un riesgo que asumimos, pero que podemos controlar con un uso responsable de nuestros datos en línea.
Por eso en TPI cuidamos la importancia de tus datos al solicitar requisitos y asegurar al mismo tiempo la completa confidencialidad. Porque no todo lo que es inmediato y de forma online es completamente seguro.
Seamos responsables con nuestros datos personales y, si tenés dudas acerca de una promoción o documentos solicitados, en TPI podés contactarnos por cualquiera de nuestros medios de atención al cliente para sentirte con más seguridad.
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