31Ago
Invertir en el hogar es una cuestión de finanzas personales
Cualquier momento es bueno para hacer reformas y mejoras en el hogar. Y aunque en tiempos especiales pensar en este gasto pueda parecer un riesgo, lo cierto es que es una inversión que puede ayudarnos a ahorrar tiempo y dinero al mediano y largo plazo.
En momentos en que pasamos tanto tiempo en nuestros hogares, algunos aún trabajando desde casa y también con niños alrededor, hay que considerar la oportunidad de invertir en nuestro espacio sagrado para que podamos vivir más cómodos. En circunstancias de cuarentena y aislamiento social, probablemente tengamos que revalorizar espacios de nuestro hogar para adaptarnos mejor. Por eso es buena idea detenernos a pensar y planificar una readaptación de nuestra casa.
La planificación puede comenzar con una inversión en electrodomésticos o productos de fácil aplicación que implican un gasto en primera instancia, pero con un retorno automático en un corto plazo. Por ejemplo, un timer para el calefón, para que se apague automáticamente durante las horas de poco uso, o un purificador/filtro de agua en donde el costo del filtro comparado con el de la cantidad de bidones de agua que compramos y cargamos diariamente, será recompensado en muy poco tiempo.
Pero lo cierto es que las reformas que nos pueden dar una mayor felicidad y retorno en el tiempo son las que implican cambios más estructurales. Por ejemplo, la cocina, un espacio donde muchos hemos pasado más tiempo durante los últimos meses.
Lo importante es que cualquiera sea la reforma y mejora que emprendas en el hogar, hagas una buena planificación del proyecto. Se trata de calcular los tiempos, los costos aproximados, el alcance de la obra y no caer en errores comunes. Para esto, a continuación te dejamos 4 consejos para evitar que un proyecto concebido para hacernos felices termine por darnos un montón de dolores de cabeza minimizando el impacto de una mala decisión o gestión de la inversión.
- Calcular bien el presupuesto. Analizar y calcular un presupuesto aproximado. Ya sea porque sólo tenemos una cantidad determinada de dinero para invertir en las reformas o porque solicitamos un préstamo ajustado con un plan de pago, es esencial saber cuánto gastaremos. Y como siempre van a surgir gastos no previstos o arreglos no contemplados de último momento, es conveniente dejar también un pequeño presupuesto para estos escenarios.
- Funcionalidad y confort sobre lo estético. No se trata de ignorar la estética o nuestros gustos personales, sino de anteponer la comodidad y la funcionalidad de la casa. Ya sea en la elección de un nuevo sistema de calefacción o climatización, o bien en la elección de los colores de una pared, un sillón o un mobiliario. Por ejemplo, cuando hay niños y mascotas, es muy probable que un blanco para el sillón o alfombras no dure mucho tiempo limpio. Lo mismo sucede con los pisos y la demanda de cuidado y limpieza que algunos requieren, porque aunque sean muy estéticos, a fin de cuentas nos darán mucho trabajo. Por otro lado, en tiempos en los que las casas han de estar más limpias y desinfectadas, es buena idea elegir materiales y tapizados que sean fáciles de lavar, desinfectar y desmontar. Aprendamos de todo lo que vivimos y sentimos mientras estuvimos en casa, los escapes de aire frío o caliente, la comodidad de los muebles, las zonas más habitadas, la disposición de los objetos, la privacidad acústica, etc.
- Priorizar los espacios. Nunca subestimar las reformas y abarcarlas por partes. Para esto, priorizá los espacios fundamentales y de mayor uso familiar que necesitan de una reforma más inmediata. Por ejemplo, la zona de trabajo. Ya sea porque tuvimos que conformarnos con ese cuarto “depósito” o algún rincón de alguna habitación o comedor, descubrimos que es esencial contar con un espacio, por mínimo que sea, que nos permita separar el trabajo de la rutina social y familiar.
La cocina, que quizás antes de la pandemia era un simple espacio donde cocinar de vez en cuando, se convirtió en muchos hogares en el corazón de la casa. Si estás entre renovar un baño por simple estética o poner a punto la cocina, estas consideraciones podrían ayudarte a ordenar las prioridades de inversión. Lo mismo con los espacios comunes como los comedores y salas de estar o las barbacoas donde generalmente se reúnen la familia y los amigos.
Los pequeños escapes en los espacios exteriores también ganaron protagonismo. Pensemos en acondicionar un balcón o una pequeña terraza para que sea un desahogo y nos aporte luz y aire.
- Pedir al menos 3 presupuestos. Ahora sí, una vez resueltos los 3 puntos anteriores y con el plan de obra bien definido, es el momento de solicitar cotizaciones concretas. Estudiar el costo de cada profesional que nos va a ayudar pero también tener en cuenta todo lo contemplado en cada propuesta. Recordá el dicho popular: lo barato sale caro. Si bien no hay que tomar esta frase al pie de la letra, asegurate de que el profesional que contrates tenga buenas referencias, que haya cumplido en tiempo y forma, y que se ajuste a tus presupuestos estimados.
Analizá tu proyecto, sacá cuentas, y comenzá el sueño de renovar el espacio más sagrado que es tu hogar. En TPI podés acceder al Préstamo Rescate, un producto pensado en las personas y en su capacidad de transformar su entorno y realidad para ayudarlas a reconvertirse, superarse y reciclarse.